domingo, 29 de septiembre de 2013

FILMS QUE SE DEBEN EXCLUIR DE SUS TRABAJOS - EVALUACIONES

Estimados alumnos. He considerado algunos de los siguientes films para ser trabajados en clases.
En consecuencia, agradecerè no los consideren para la realizaciòn de sus evaluaciones.

















martes, 24 de septiembre de 2013

EVALUACIÒN I

EVALUACIÒN I

Curso Optativo: Desafíos educativos desde la mirada del cine. 

EVALUACIÒN I    -     
INDIVIDUAL O EN EQUIPO MÀXIMO 5

Remitir, conservando el mismo formato,  al correo:optativosmadariaga@gmail.com

Plazo máximo: 30 de octubre 2013.

Nombre:
Carrera:
Correo alternativo:
Celular:

I.-  Desde la Lectura “Arqueología de la vida cotidiana”:

a) Seleccione un (1) problema que, a su juicio, afectaría  la calidad de vida del hombre de hoy.
Fundamente su carácter problemático (causa y consecuencias).


Problema: (1.0 punto).


Causa  y consecuencias del problema: (2.0 puntos).







b) ¿Cuál es, a su juicio, la mayor dificultad para que las personas “se hagan cargo” de su realidad? (Capacidad para ver la realidad, el problema).

Ante el desafío de lograr que las personas “se hagan cargo” de su realidad, proponga una acción, actividad, tarea, estrategia, camino, o una vía de solución efectiva y real,  para el problema expuesto, haciendo uso de un cortometraje, animación, documental, film.  Identifique el recurso fílmico con su Ficha Técnica o con su dirección WEB (Youtube).


Dificultad: (2.0 puntos)



Identificación del Recurso fílmico: (1.0 punto)



Propuesta de solución desde el recurso fílmico: (3.0 puntos)








c) ¿Cuál(es) es, a su juicio, la mayor dificultad para que las personas “carguen” con su realidad? (Capacidad para tomar conciencia de la realidad)

Ante el desafío de lograr que las personas “carguen” con su realidad, proponga una acción, actividad, tarea, estrategia, camino o una vía de solución efectiva y real,  para el problema seleccionado, haciendo uso de un cortometraje, animación, documental, film. Identifique el recurso fílmico con su Ficha Técnica o con su dirección WEB (Youtube).

Dificultad: (2.0 puntos)



Identificación del Recurso fílmico: (1.0 punto)



Propuesta de solución: (3.0 puntos)









d) ¿Cuál(es) es, a su juicio, la mayor dificultad para “encargarse” de su realidad? (Capacidad para cambiar la realidad; hacerlo; ejecutarlo; pasar de la intención al hecho)

Ante el desafío de lograr “encargarse” de la realidad, proponga una acción, actividad, tarea, estrategia, camino o una vía de solución efectiva y real para el problema seleccionado, haciendo uso de un cortometraje, animación, documental, film. Identifique el recurso fílmico con su Ficha Técnica o con su dirección WEB (Youtube).

Dificultad: (2.0 puntos)



Identificación del Recurso fílmico: (1.0 punto)



Propuesta de solución desde el recurso fílmico: (3.0 puntos)







Total: 21 puntos




II.-  Enuncie siete ideas cuya finalidad sea optimizar la calidad de vida del hombre de hoy. Considere ideas que tengan relación directa con el desafío de “Hacernos cargo; cargar y encargarnos de la realidad”.


Idea 1:


Idea 2:


Idea 3:


Idea 4:


Idea 5:


Idea 6:


Idea 7:



7 puntos.


FIN DE LA PRUEBA

sábado, 7 de septiembre de 2013

DATOS DEL CURSO

CURSO  OPTATIVO: 

DESAFÌOS EDUCATIVOS DESDE LA MIRADA DEL CINE 

PROFESORA:  ANA MARÌA MADARIAGA MEZA

MIÈRCOLES  7º  Y  8º  SALA   A  -  552   CASA CENTRAL

CORREO:  optativosmadariaga@gmail.com

CELULAR:  9 24 28 392
OFICINA:  530  CASA CENTRAL

HORARIO ATENCIÒN 

Oficina 530:
MARTES  10.00 a 15.00 Hrs.
JUEVES  10.00  a  14.00 Hrs.

LECTURA Nº 1 PARA EVALUACIÒN I

FENOMENOLOGÍA DE LA EXISTENCIA COTIDIANA 
Inspirado en  Humberto Giannini

“La reflexión cotidiana” ED. Universitaria. Chile 1999

     Conocer al hombre en cuanto educable, es conocer su existencia real, esa existencia que se hace día a día, en un entretejido de hechos cuyo sentido debemos ahora indagar. Se nos ha dado el ser personas con la misión de tener que descubrirnos y realizarnos como tal; ello no es fácil, cuando no tenemos o no nos damos la oportunidad para hacerlo. Nos ha correspondido existir en un mundo; un mundo conformado por espacios habitados que aparecen como posibilidad y reto. ¿Cómo describiríamos este mundo?

    Humberto Giannini formula una arqueología de la experiencia cotidiana, un camino o método fenomenológico que irá tras los principios (arque= principio; arqueología= estudio de los principios) que nos permitirán dar cuenta de nuestro existir… Cotidiano, nos dirá “es lo que pasa todos los día”. ¿Cuál es el modo de pasar que caracteriza nuestra vida pasajera; en su vertiente espacial –topografía de lo cotidiano – y temporal -cronología de lo cotidiano?

    Somos seres de ruta: la ruta es un movimiento rotatorio, recurrente. La ruta describe un espacio y un tiempo que si saben ser vividos, no tienen por qué caer en lo rutinario. La rutina es ese trayecto rotatorio global por el que transcurre nuestra existencia mientras no ocurre ningún acontecimiento que rompa la rutina.




TOPOGRAFÍA DE LO COTIDIANO

Domicilio - calle – trabajo (escuela – universidad) - calle - domicilio…

     Con el término topografía de lo cotidiano, Giannini se refiere a una descripción de los lugares que conforman nuestra ruta de vida.  Topos= lugar; grafía= escritura, descripción.

Domicilio: Somos seres domiciliados. La casa nos separa del mundo público, es el lugar para el recogimiento cotidiano, donde puedo darme el lujo de ser yo; yo en la intimidad o privacidad de nuestro amor. Mi domicilio está conformado por mi o nuestro espacio que habito o habitamos –vestimos- con mis o nuestras cosas; mi o nuestros tiempos disponibles para acogerte, acoger a Dios o a mis invitados al hogar.

    Mi domicilio me da continuidad, seguridad de pertenencia y permanencia, asegura mi identidad, me permite reposar. El domicilio es el lugar para la reflexión (regreso a sí; flexión sobre sí); punto desde el cual me preparo para aventurar en el mundo y al cual puedo regresar como a lo mío.

La calle: Es el lugar de tránsito que me lleva desde mi domicilio a lo otro; es el lugar de trámite, de pasar, de camino hacia o de regreso; es el medio de circulación ciudadana. La calle es el espacio de todos y, por lo mismo, de nadie; en ella soy un hombre más, que pasa indiferente al lado de otros indiferentes. Pero la calle también es el espacio para hacer presente o mostrar lo que a los transeúntes pudiera detener e interesar: propaganda, vitrinas, manifiesto mural o protesta que intentan invadir las conciencias desprevenidas del que va transitando.

     La calle puede ser también un lugar para el encuentro o reencuentro ocasional; puede ser espacio para el desvío o extravío del transeúnte que puede distraerse, atrasarse. La calle es siempre “lo abierto”; lo que me da la posibilidad de “tomar otro camino”. Un entramado, apenas visible de normas, deben ser acatadas para prevenir que “pase algo” de tal forma nuestra ruta sea expedita y no se rompa la rutina, asegurándonos llegar a nuestro destino.

El trabajo, la universidad, el instituto, la escuela: El ser humano necesita trascender, servir a los demás; realizarse y ser reconocido como tal.  Para ello se prepara..., cada vez debe estudiar más y enfrentar diversos retos...,  superar calificaciones, no perderse en el "tener que ganarse la vida".  Las relaciones, a veces  dificultan el crecimiento personal: jefes, profesores, compañeros, subalternos, familia...  Trabajo, escuela, universidad, ... son lugares para ser ante otros; son lugares públicos que se distinguen por la búsqueda de un bien común.

    Abandonamos el domicilio -lugar para la vida privada y la intimidad- para ir a trabajar o estudiar.  Cada lugar público tiene una finalidad y ello requiere de una actitud y disponibilidad que sepa de respeto al bien común y al servicio público. Una es la actitud en un pub, otra en una biblioteca, hospital, escuela, club deportivo, estadio, templo... Incluso, con las mismas personas, debemos comportarnos acorde el sentido que tiene el lugar que compartimos: Aunque sea el amigo o el hijo, en el lugar de trabajo o escuela, el vínculo es de jefe, subordinado o compañero de tareas; profesor, alumno, apoderado..

     Se trata de lugares donde la comunicación es vertical, jerarquizada: el jefe, el profesor, el cliente…cada persona es vista en su función de su quehacer público: No da lo mismo que al paciente lo opere, el enfermero, arsenalero, secretaria administrativa o aseador. El médico cirujano asume la responsabilidad y cuida las jerarquías.

    La jerarquía cuando es justa, cuando responde a la complementariedad de las capacidades, saberes, vocaciones, etapas de vida o trabajo, estudio... son beneficiosas para todos: indican armonía, seguridad, convivencia en paz.  El problema surge, por el contrario, cuando priman los indicadores de poder por sobre toda razón; los logros por sobre toda realización. No sucede así, en el trabajo o estudio que da lugar a la realización y al servicio personal como unidades que se fecundan reversiblemente.



CRONOLOGÍA DE LO COTIDIANO

     El tiempo civil o convencional de relojes y calendarios, es el que todos acordamos para programar nuestros ocios y negocios o trabajos, para dividir y hacer con-mensurable la historia de la humanidad.

     El emperador Constantino, el año 321, sancionó la semana hebraica y ordenó el reposo dominical. Desde entonces se establece un itinerario septiforme de recogimiento y expansión; de reposo y trabajo. El domingo es una pausa de recogimiento, de reposo domiciliario, un tiempo de reflexión para no perderse en el tránsito, en el ser para otros sin ser si mismo. Generalmente, el tiempo de trabajo, es el tiempo ferial; el tiempo para hacer algo, para… adquirir, arreglar, presentar, tramitar, preocuparnos y ocuparnos de la feria…donde vendo o arriendo mis capacidades; donde compito, donde debo postergarme y ganar lo suficiente para fuera del día de feria, fuera del trabajo, en el domingo, en el domicilio, estar disponible para mi mismo.

     Días de fiestas y domingo, son el punto reflexivo temporal; días para el reencuentro consigo, con los demás, con la naturaleza, con Dios; son tiempos para salir del olvido y del anonimato; tiempo para la conversación, para atesorar y narrar lo digno de ser recordado, contado.


ESPACIOS Y TIEMPOS QUE DETIENEN LA RUTINA PARA NO CAER EN LO RUTINARIO:

La plaza: es el lugar para restaurar la vida ciudadana, interrumpir la linealidad de la calle y detenerse para habitar la ciudad o pueblo; es el espacio reflexivo de la comunidad; el lugar para el reencuentro ciudadano; para dejarse ver, saludar; para dejar de ser pasajero de la calle y hacer ciudad junto a los demás. A la plaza se vuelve periódicamente; en ella se congregan los grupos con intereses públicos comunes: escolares, universitarios, políticos, religiosos, deportivos, etc. para simplemente gozar del encuentro. Cada ciudad o pueblo tiene una plaza central desde la cual se construye y habita; sin ella, la ciudad sería tan sólo un conglomerado de domicilios. La plaza no es sólo un espacio; se viste para acoger. La vida en la plaza se muestra con todo su vigor el día domingo; en la semana sólo la buscan algunos jubilados o se detienen por algunos momentos algunos escolares.

El mall: Actualmente, los grandes centros comerciales, ocupan mayores espacios que, además de tiendas, contemplan café, restaurante, cines, amplios espacios para el encuentro, el paseo, la distracción.   Su gran auge, tal vez se deba a la presencia de guardias, que dan a la familia una sensación de mayor seguridad con respecto a las plazas, parques y otros lugares abiertos.  Es fácil ver a personas de diversas edades, solas o en grupos familiares que no compran sino pasean por el mall.

El bar o el café: El bar o café es el lugar para reunirse públicamente con los amigos, sin perder la privacidad; por ello estos lugares no tienen un centro; pues su misión es dar lugar a los rincones, a la posibilidad de arrinconarse, a generar lo que Giannini vivencia como “pequeños universos conversatorios cerrados” y otro como “núcleos confesionales”.

                Por ello hay que saber ir a un café a un bar; saber a qué se va y cómo, de tal forma no transgredir los espacios ni despersonalizarlos. En el bar o en el café, el tiempo mundano se detiene para dar espacio a un tiempo que se personaliza, se habita, se hace íntimo… porque convivo, porque creo un ámbito de vinculación; porque volvemos a ser nosotros, porque nos hacemos un tiempo para decir lo no dicho, expresar nuestros sueños inconfesables al simple público, jefe, funcionario, compañero de estudio o trabajo. Son lugares propicios para hacer confesiones; para dar testimonio de lo vivido.

                En la ruta diaria trabajo-domicilio, nos encontramos con la posibilidad de detenernos en el café o en el bar. Pero, insistimos, que hay que saber estar, existir en ellos; pues el hombre puede degradar su existencia en cualquier punto de su ruta; es más, en su propio domicilio.



IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN, DEL LENGUAJE, EN LA VIDA COTIDIANA

      Cuando el diálogo que es formativo se suplanta por el lenguaje informativo: Un diario tiene por oficio llevar la noticia, aquello que quebranta el pasar esperado, rutinario: el accidente, la violación en una calle o, peor, en el domicilio, la inclemencia del tiempo o la naturaleza que inesperadamente nos deja sin domicilio. El problema es cuando la información se tiende a volver rutinaria porque hemos perdido nuestro carácter formativo, nuestra sensibilidad, la capacidad de asombro, de crítica, de generar, de ideal, de valorar. ¿Es que ya no anhelamos formarnos, ser mejores; es la información sólo como curiosidad y no como descubrimiento que busca entender, saber, valorar?

      El lenguaje meramente informativo es lineal, no da espacio al encuentro, a la fecundidad, a la reflexión; es ferial: vocifera; se mueve por el principio de la eficacia, busca transmitir, invadir nuestra conciencia.

      Cuando hay encuentro, respeto, la información se entrega sin invadirlo, con amabilidad, como una propuesta o invitación a re-crear, a re-pensar, re-plantear. Es cierto que muchos momentos de la vida –una operación, una huida ante la avalancha intempestiva, un estado de guerra- requieren de instrucciones dadas por quien toma el cargo y, por lo mismo, asume la responsabilidad; el problema es cuando la información suplanta o invade los espacios y tiempos que debían ser para el diálogo, para el encuentro, la reflexión: domicilio, universidad, plaza, bar, templo y otros.

     El diálogo suspende la rutina; incluso para hacerla más eficaz pues el diálogo siempre es fecundo. El diálogo tiene como condición, como requisito que existan los dialogantes, esto es, personas únicas, que tienen una perspectiva de existencia porque existimos desde una intimidad única que se enriquece en la convivencia reflexiva y sobrecogedora; precisamente porque el otro me expone lo diverso; lo que yo desde mi existencia no había captado. Para llegar al diálogo hay que quererlo; hay que convocarlo y ser capaz de tener la apertura y la generosidad para acoger; la valentía para gracias a ese diálogo reconocer muchas veces que mi perspectiva era errónea. El diálogo puede ser drama o comedia; pero en todo caso me apela, me pone en juego, me saca de lo rutinario que por anodino se vuelve muchas veces invisible y que, anquilosado o encostrado, ya no sentimos y por ello nos hunde sin que lo intentemos superar. El diálogo ha de regirse por el principio de verdad, de superación.

       La polémica degrada el diálogo: la polémica surge con afán de poseer, dominar, no escuchar, sacar provecho, abatir, derribar psicológica o físicamente. Puede se una polémica que surja espontánea o prevista, premeditada. La polémica busca el enfrentamiento, el encontrón, el conflicto, el culpar al otro al que ve como enemigo o competencia. El polémico no va a dialogar, va a ganar, a salir airoso y llamar la atención porque la polémica es bulliciosa.


LA NARRACIÓN COMO OBSERVACIÓN DIALÓGICA DEL PASADO

      La narración da cuenta de algo, describe lo que pasa. Narramos lo que ha pasado; aquello que se hace presente en el recuerdo y lo comparto a través de la palabra. Por ello, la narración es insustituible en el conocimiento de nuestra biografía personal y de la historia del mundo.

     Así, para comprender los actos de una persona, necesitamos su narración de los mismos y la interpretación de sus intenciones. Se narra la existencia que es transcurrir; siempre novedad y recuerdo; en cambio, el conocimiento de las leyes naturales, repetitivas, inconmovibles, no se narra sino se describe y explica en el quehacer científico. Se narra para encontrarnos con el otro, para dialogar.

     Muy distinta es la explicación científica a la conversación: Se hace ciencia para entender lo que estudiamos y, si se dialoga con el otro científico o estudioso, no es él foco de atención sino la realidad en estudio.


LA DEGRADACIÓN DE LA VIDA COTIDIANA: UN RETO PARA EDUCADORES.

      Si la existencia cotidiana, si nuestro domicilio y ruta se degradan, nuestra existencia cae en la degradación, en el vértigo. Si el domicilio no es un espacio para la reflexión, si él no me acoge, si no me asila del mundo; si con quien convivo en el domicilio no entro en diálogo, no hay encuentro; si no soy capaz de fundar mi o nuestro hogar, caigo en la desolación, huyo del que está allí porque lo siento ajeno y un impedimento para ser yo. Las cosas me son ajenas, no me dicen de ni o de nosotros: me invaden. Entonces me aburro y busco la evasión en cualquiera de sus formas o me violento agrediendo a los que se encuentran en mi retorno cotidiano y aparecen como obstáculo: el aborrecimiento es una forma exaltada de aburrimiento.

     Si el trabajo se transforma en un espacio que me asfixia, que me despersonaliza y rebaja a puro medio, si no me reconoce como persona, si a él voy como a aquello inevitable y única forma de tener lo indispensable para subsistir o si fascinado por la avaricia o poder voy a él como a un engranaje de eficacia sin más, al servicio de mi pasión: caigo en el desgano que me puede llevar a la acidia, depresión, o en el vértigo del envilecimiento que me convierte en un desalmado.

     Aburrimiento, acedia, inhospitalidad, envilecimiento expresan la degradación de la vida cotidiana, de la rutina que se vuelve rutinaria: Domicilio, calle, bar, plaza, trabajo, escuela, Universidad, entre otros, se vuelven inhóspitos porque el hombre se volvió inhóspito y se perdió a sí mismo en la automatización, la masa, la indiferencia, la pérdida de los ritos, la conectividad, la rapidez y la furia...




LECTURA Nº 2 PARA EVALUACIÒN I

DESAFÍOS EDUCATIVOS DESDE LAS DIMENSIONES DE LA PERSONA HUMANA.
Lilian Arellano Rodrìguez

         Cuando decimos “yo” amo, estudio, corro…. Aludimos a un ser único, íntimo, consciente (aunque no siempre) de su ser y actuar… un ser indivisible, en el que, si distinguimos dimensiones, es en orden a estudiar la complejidad propia de su riqueza de ser.  Así, decir “Estoy afectivamente mal”, no significa que sólo está afectada esa dimensión, como si se tratara de la pieza de un rompecabezas que si está defectuosa,  sólo hay que reparar o cambiar por otra, ya que no afecta a las demás, ni al todo.  No estamos compuestos de partes yuxtapuestas (una al lado de otra) sino que somos un ser unitario que, según la situación de vida que estamos viviendo, es el aspecto o dimensión que influye más o menos en lo único real que es el todo.  Es a esta indivisibilidad, unidad real, a la que quiero aludir cuando digo que somos seres “unipluridimensionales”.  Por ello, es importante el ambiente educativo, desde el punto de vista de la comodidad para escuchar, ver, sentarse, aire, luminosidad… buen trato, afectividad, respeto, lenguaje… forma de entregar los conocimientos, trabajo colaborativo, salud de los participantes, capacidad de expresarse y de escuchar…

Educación de la corporalidad: Debemos educar nuestras sensaciones, percepciones, movimientos, de tal forma la corporalidad nos presente, represente y sea un medio de realización personal.  Aunque mi esencia no sea de índole corporal, es la corporalidad –aquí, ahora- la que tiene la misión de expresar nuestra presencia.  Digo expresar, pues las cosas se muestran, las personas se expresan.  En la expresión, a través de un aspecto se presenta un todo invisible.  Es a lo que se refería el Principito de Saint Exupery, cuando decía: “Lo esencial es invisible a los ojos”.  A través de la mirada expresamos sentimientos, estados de ánimo, quien soy.  Nuestra postura corporal puede expresar rechazo, juegos de seducción, agresividad, creencias… El ser humano se degrada cuando rebaja su corporalidad a cuerpo y sólo lo muestra; es el caso de la pornografía,  la prostitución, algunos concursos en los cuales la persona es reducida a “exposición canina”.  A través de la corporalidad la persona expresa toda su historia biográfica…
                A través de nuestra corporalidad danzamos, marchamos, expresamos nuestras ideas; en fin, nos realizamos.  Hay que educar el oído para distinguir la música del ruido; educar la mirada para apreciar la belleza y distinguirla de la fealdad… Nuestra corporalidad se viste y simboliza ideas, ritos, situaciones: los indios pintan su rostro para representar situaciones de paz o guerra, los soldados marchan con bototos para simbolizar fuerza; el joven regala un anillo de compromiso; la persona se viste de distinta forma si va a dormir, a casarse o al trabajo… Las personan rinden homenaje a su patria a través de una bandera o besan el suelo en señal de respeto. 

                Por ello, el ser humano, desde siempre tiene un ritual de la muerte y entierra los cuerpos, porque ellos representaban la historia de una vida única…

Educación de la afectividad: Debemos educar nuestros afectos, sentimientos, emociones.  Todos tenemos la capacidad de amar pero debemos aprender a amar y ser amados. Aprender a distinguir entre amar  querer, amor y obsesión.  El mundo de los afectos es amplio, complejo y puede confundirnos: cariño, soledad, angustia, temor, miedo, inseguridad, sobrestimación, amor de amistad, amor de pareja, amor a la humanidad o al semejante, amor pedagógico…

                A veces, el problema no es la falta de amor sino el no saber expresarlo o una herida no superada.  Es una prueba de que no podemos perder de vista la unitariedad del ser humano.  Es interesante el film  “La amante Camille Claudel”, la historia real de la amante del escultor Rodán quien se destruyó a sí misma porque no amó a Rodán sino que se transformó en una pasión u obsesión de vida, a tal punto que terminó muy joven en el manicomio.

Educación de la moralidad: Todos somos honestos, justos… pero en potencia que hay que educar: aprender a respetar, a ser considerado, prudente, generoso, responsable, laborioso, agradecido, fuerte...  Las virtudes son muchas y, en la medida que no las actualizamos, se actualizan los vicios que también son hábitos: deshonestidad, injusticia, irrespetuosidad, desconsideración, imprudencia, irresponsabilidad, flojera, ingratitud, debilidad… 

Educación de la sociabilidad: Cada uno de nuestros actos afecta a los demás: Somos hijos de…, amigos o enemigos de…, vecinos de…, profesor o alumno de..., jefe o subordinado de…, ciudadanos de… y todo ello hay que aprender a serlo.  Aprender a compatibilizar en forma justa el bien personal con el bien común que, si es verdadero bien, perfecciona a  todos y a cada uno de los integrantes de un ámbito social.  Aprender a convivir en paz que es armonía, proporción y justicia que es equidad.  Aprender a dar y recibir lo justo: no más ni menos de lo que se debe.  Aprender a cumplir con el deber para tener derechos, pues donde todos piden derechos pero nadie cumple con su deber no se puede vivir; como tampoco a la inversa.
La sociabilidad es un tema de gran interés educativo: educación para la convivencia familiar, educación ciudadana, educación para la convivencia escolar, educación para la convivencia en diversidad.

Educación de la intelectualidad: Debemos educar nuestro entendimiento, discernimiento; nuestra capacidad de encuentro con la verdad real y con la expresión de la misma, aprender a indagar y a enseñar la verdad aprender a expresarla sin desvirtuarla.

Educación de la esteticidad: Debemos aprender a descubrir, admirar y gozar de la belleza de la naturaleza y de la obra de arte; de la belleza del ser personal… Aprender a cultivar la belleza natural y artística…

Educación de la transtemporalidad: Nuestro tiempo no es lineal: No son lo mismo 5 minutos en la antesala del dentista, en un examen difícil, en una celebración o junto a quienes amamos… Nuestra existencia es biográfica: hay personas que pueden haber vivido mucho tiempo y no haber realmente “vivenciado nada”… Nuestra existencia se va construyendo con aprendizajes que van formando parte del tesoro acumulado a modo de recuerdos… Pero debemos aprender a distinguir entre lo que hay que atesorar y lo que hay que poner en la bolsa de la basura y desechar: no anclarse en el pasado que pasó, sino mirar el futuro para en el presente hacer proyectos: quién quieres ser, cómo lo serás, qué deberás entonces hacer,  No vaya a suceder que llegados al final de nuestra vidas actuales… nos demos cuenta que, realmente, no hemos vivido por olvido de nosotros mismos y no descubrimiento de quienes debíamos amar. 

Educación de la transespacialidad: Aprender a habitar el espacio, a transformarlo en ciudad, en hogar, escuela, universidad…  Tema importantísimo y tan dejado de lado por los profesores.  No sólo necesitamos un espacio donde estar sino que necesitamos un lugar para realizarnos, hacerlo nuestro, que nos exprese.  Cuando digo “hacerlo nuestro”, no me refiero a un nuestro de propiedad sino de vínculo, de compromiso, de amor.  Ese nuestro –y vuelvo al Principito- de la rosa que es única porque tú la cultivaste, a ella dedicaste momentos de tu vida; el mismo nuestro cuando con nostalgia echamos de menos “mi casa”, “mi barrio”, mi ciudad”, “mi país”, “mis amigos...”  No se trata de “tener” una casa sino de educarse para ser capaz de formar un hogar; construir un pueblo, una ciudad, un país, una escuela, una plaza…

Educación de la religiosidad: Debemos educarnos para distinguir ignorancia de misterio.  De las ignorancias, el hombre puede salir por sí mismo; de los misterios no; pues nos referimos a preguntas por el antes y después de esta vida.  ¿Por qué y para qué fuimos creados? ¿Existe el Bardo? ¿Por qué nacimos precisamente aquí, en esta familia y tiempo?   Cada religión tiene sus creencias; cada persona las tiene… Lo importante es estar consciente de ello e insisto: respetarnos.   Todo credo que saca a luz lo mejor de ti, es muy respetable.  Por supuesto, el estudio de esta dimensión es  extenso  complejo; su educación lo es más. 












LECTURA Nº 3 PARA EVALUACIÒN I

DESAFÍOS EDUCATIVOS DESDE EL PROCESO EDUCATIVO.
Lilian Arellano Rodríguez

Desde la perspectiva de una pedagogía educativa que tiene presente a la persona humana como un todo indivisible, podemos distinguir fases que siempre involucran ese todo y trabaja colaborativamente con los demás, en una convivencia en paz. Así, el pedagogo debe saber crear situaciones educativas, que impulsen integralmente el proceso educativo, en sus distintos aspectos:

Primera fase: Preparación para vivir el encuentro

                Causa de muchos desvíos de la existencia y despersonalización de la misma, es la carencia de un sentido por el cual vivir.  Deambulando por la vida, sin una dirección, sin un proyecto de ser, actuamos reactivamente. El desinterés, desgano, acidia, aburrimiento van disminuyendo cada vez más las energías que necesita toda persona para configurar un modo de ser que enfrente los retos u obstáculos que le presentará la vida y los propios errores que debemos salvar para realizarnos.  Sin energías, sin creatividad, sin un para qué vivir, no estaremos en condiciones de fundar ámbitos de fecundidad necesarios para crear el ambiente educativo y el encuentro pedagógico.

                Mis decisiones trascienden mi ser; mis errores o aciertos no sólo me afectan a mí sino a otros; no soy un ser aislado, cerrado, sino abierto y actuando sobre otros seres. Es más, dada la naturaleza de nuestra realidad, descubriremos más tarde o más temprano, que sólo nos realizamos en el encuentro. Sin desarrollar la capacidad de encuentro, no seremos capaces de atender a la verdad de la realidad, ni descubrir la belleza natural como tampoco recrear la belleza de la obra de arte y valorar al artista, tampoco tendremos la fuerza de se para actuar correctamente, a pesar de los obstáculos, ni la sensibilidad para amar al semejante… Si queremos enseñar las ciencias, las artes, las tecnologías, la naturaleza y el ser humano, lo trascendente, debemos aprender a crear ámbitos de convivencia fecundos; por ello, educar para el encuentro debe ser uno de los propósitos centrales de todo quehacer formativo.

Educar la capacidad de encontrarse, requiere enseñar, es decir, ocasionar situaciones que permitan:

a) Distinguir entre objetos y ámbitos: Si trato las realidades ambitales y las cosas u objetos del mismo modo, confundido, valoraré lo que es útil y despreciaré o rebajaré la dignidad de lo valioso. Las cosas son asibles, utilizables, canjeables, a-personales, tienen precio; las realidades ambitales, en cuanto personales, deben requieren ser acogidas, valoradas como tales. Un objeto –un piano- puede ser elevado a realidad ambital, en la medida que la persona lo “habita”: esa interpretación musical que extraigo de “mi piano”, ese regalo que representa un momento único de mi vida, nuestro hogar…, nuestra Universidad…

b) Distinguir hecho de acontecimiento: Un hecho es un dato observable, medible, encasillable en un espacio y tiempo. Un acontecimiento es un algo que nos acontece, que nos impacta, que conmueve nuestro ser, que no nos deja indiferentes, sino conforma la historia de nuestra existencia. Para captar la diferencia entre hecho y acontecimiento, debo captar su sentido.  Para algunos, entrar a la Universidad puede ser un hecho; para otros, un acontecimiento…

c) Distinguir significado de sentido: El significado lo da la comprensión abstracta de los conceptos. El significado lo encuentro en un diccionario. Así, si sé lo que significan los conceptos “mi”, “padre”, “muerte”; es claro que tendré claro el significado de la frase “murió mi padre”; pero no el sentido tan distinto que tiene esa misma frase dicha en dos personas cuyas vidas han sido entretejidas de muy diversa forma según él sentido que ha alcanzado en ellas la presencia de su padre...

d) Distinguir entre producto y obra: Un poeta no produce o hace poemas; los crea. Los productos pueden reproducirse en forma automática. Un producto requiere sólo de la técnica que requiere su producción. Cada creación, en cambio,  es única; expresa un momento único de un ser también único; lo expresa; lo extiende en el tiempo…  El poema “Éramos los elegidos del sol” de Huidobro, surgió en un momento irrepetible y es, por lo mismo, irrepetible”

La creación transfigura la realidad en un sentido de belleza, intimidad o religiosidad: el palo de escoba para el niño se transforma en su caballo; la casa humilde en una morada –hogar; el pañuelo en un símbolo de amor…

Segunda fase: Recreación y encuentro

Es posible crear formas de unidad profundas y fecundas que no implican un apoderamiento o uso de la realidad o de las creaciones realizadas por otros; sino por el contrario, requieren de nuestra actitud de respeto, entendimiento creativo y no por ello manipulación o lejanía. Refiriéndose a esto, Alfonso López  Quintás dice: “Una vez vivida esta experiencia, verás con toda nitidez que la libertad y los cauces normativos se complementan cuando se vive de forma creativa; no se oponen”. (“Cómo lograr una formación integral”. Ed. San Pablo. Madrid 1996; Pág. 46).

     Respeto e inspiración se unen cuando vivimos desde y hacia lo profundo, lo valioso, lo fecundo...cuando somos capaces de abrir nuestro entendimiento, nuestro “corazón” para otra realidad que me solicita o inspira… Para acoger una obra o una realidad ambital, debo re-crearla, vivenciarla, interpretarla, hacerla íntima hasta que reviva en mí. La obra renace gracias a mí y a su vez me potencia, inspira, realiza. Es una experiencia reversible: “voy en busca de una obra y la configuro en virtud del impulso que ella misma me otorga” (Ibíd. Pág. 46). Esta experiencia es requisito para existir en plenitud los ámbitos personales: amorosos, artísticos, científicos, éticos, religiosos, etc. Se trata de ser capaz de llevar a cabo la experiencia de encuentro: experiencia reversible que se das entre seres personales; entreveración de almas; diálogo. El encuentro me apela, me suscita, me inspira…voy al encuentro no bajo el esquema dices-efectúo o actúas-padezco sino co-participamos, co-creamos, nos invitamos, hacemos nuestro, colaboramos. Por ello el encuentro requiere de amabilidad versus violencia, confianza versus temor; valoración versus abuso.

     La finalidad educativa, o en lenguaje de moda “competencia” de todo educador, debe ser “enseñar a fundar ámbitos fecundos de recreación y encuentro. A lo largo de la vida descubriremos que cada realidad (nosotros mismos) no somos cosas sino ámbitos, posibilidades que se abren y ofrecen una riqueza insondable de posibilidades a la mirada inspirada.

Tercera fase: Aprender a usar el lenguaje en toda su fecundidad

El lenguaje no es sólo un medio para comunicar algo; tampoco encontramos en esta función su mayor energía ni su fuerza formativa.
El lenguaje crea ámbitos: Ámbitos de belleza, de acogida, de bondad, de religiosidad. Por lo mismo, un lenguaje impulsado por el odio o por el afán manipulador se autodestruye porque anula toda posibilidad de encuentro. De ahí el cuidado con el uso de los llamados “términos talismanes” o “esquemas dilemáticos” que prejuzgan en la medida que están vacíos de significado y sentido; buscando el poder y para ello escisiones arbitrarias, simplificaciones falsas en una mirada superficial de la realidad. La creación de ámbitos, la elevación de objetos a ámbitos, no es posible si se carece de la capacidad de integrar vertientes diversas de la realidad: libertad y compromiso, sacrificio y felicidad, intimidad y expresión, dignidad y servicio; son algunos ejemplos de la unidad de diversos en lo profundo.

     La palabra, la imagen y el silencio son vehículos expresivos del encuentro: Es cierto que cada palabra tiene un significado que debemos conocer pero ese significado debe ser fecundado por nuestras vivencias de encuentro, de tal modo que “den cuerpo” a las realidades ambitales, permitiéndonos comunicarnos y comunicar un sentido único; no sólo comunicar “algo”.

     Necesitamos conocer las palabras guardadas en diccionarios, necesitamos conocer su significado y usarlas para correctamente comunicar algo; pero el lenguaje tiene un sentido superior: puede alumbrar modos únicos y originarios de sentido. Mediante el lenguaje expresamos acontecimientos, pensamientos originarios, credos, sentimientos, poemas, mundos imaginarios y mundos descubiertos…

Cuarta fase: Cultivar el descubrimiento de los valores que impulsan la vía de plenitud

La complejidad de nuestro ser, de nuestra existencia, nos lleva a distinguir entre energías que nos encapsulan en un egoísmo que va al mundo ansioso de poder y esas otras energías que me llevan a realizarme en un servicio de amor a los demás.

Egoísta, me siento centro del universo y toda realidad que se me presenta la considero medio de mis propósitos. Deseo dominar, poseer y disfrutar las realidades que aparecen deseables a mis impulsos de satisfacción. Paradójicamente, la realidad que apetezco para satisfacción de mi ego, me seduce, me fascina. Al adueñarme de estas realidades, al poner el sentido de mi vida en las cosas, al reducir lo ambital a lo cósico, siento euforia, exaltación; pero al mismo tiempo, esta visión del mundo y de mi propia existencia me rebaja, me anula en mi condición personal, me insensibiliza para los valores más nobles, me deja en la soledad de quien es incapaz de encuentro: es el proceso de vértigo.

Tanto el vértigo como el éxtasis conducen a emociones intensas; pero el primero es la caída del hombre que lo lleva a la pérdida, destrucción de sí. La pasión, las drogas, la velocidad, las sensaciones, son estimuladas al máximo, sin importar cómo ni a riesgo de qué.  Se confunde, entonces, la exaltación con la exultación que es, por oposición, el goce de la auténtica realización personal.

El éxtasis emerge desde la vocación de ser, de ser personas que van al encuentro de otras personas y dispuestas a la generosidad, al respeto, agradecimiento, responsabilidad, compromiso, sacrificio de amor. En esta vía de éxtasis, se despliega la sensibilidad para la grandeza de los valores, de los ideales, de la nobleza, lo sagrado, el respeto, la piedad. Es el ámbito de la felicidad, del encuentro; de la apertura a los valores aunque estos nos exijan esfuerzo y no nos ofrezcan placer, posesión, poder. Los valores confieren dignidad a nuestras acciones porque expresan la dignidad de nuestra esencia de ser. Los valores se revelan a quien participa de ellos: quien quiera descubrir el valor de la justicia no debe limitarse a informarse sobre ella, pues sólo sabrá de ella quien la vivencia a través de una vida justa, de actos de generosidad, de fundar vínculos de armonía, equilibrio, colaboración. (Alfonso López Quintás, contempla cinco fases; pues separa la distinción de las experiencias de vértigo y éxtasis del descubrimiento de valores. Nosotros pensamos que es mejor presentarlas integradas, para facilitar su comprensión.)



LECTURA Nº 4 PARA EVALUACIÒN I

Desafíos educativos desde la dimensión moral del hombre.
Lilian Arellano Rodríguez

Debemos conocer la realidad, para direccionar nuestra creatividad y optar por aquellas respuestas que impliquen “cultivo de” y no “destrucción de”: Dar la espalda a la realidad es una actitud suicida y homicida de la cual somos inevitablemente responsables. Así, es suicida quien construye castillos en el aire, desconociendo el terreno; pues proyecta un futuro sin considerar la verdadera realidad. La imaginación pueril como es sabido es la que se pierde en ensoñaciones sin punto de apoyo en la realidad.  En el film “La Carnada” de Bertrand Tavernier, los jóvenes proyectan, sin más, en menos de un año montar un negocio y hacerse millonarios… Son tres jóvenes; sólo uno de ellos –ella- trabaja atendiendo una boutique; se dan cuenta que así no juntarán el dinero necesario y han proyectado todo para “ahora, pronto”… Idean que ella atrape hombres millonarios; cuando la lleven al departamento, será cuestión de dejar la puerta abierta… ellos entrarán y sacarán el dinero… Resultado: un cruel asesinato pues no se convencen que la víctima no tenga dinero donde vive: emplean la fuerza para intentar hacerle hablar...  Son tomados presos, navidad será la próxima semana… Ella, al ingresar a la comisaría y ver que el jefe de policía usa una costosa lapicera…  saca un papel para averiguar su teléfono…; aún piensa que el plan puede resultar y ser ricos  antes de navidad.  Por lo mismo,  el niño, en su inocencia, a fuerza de imaginar sin fundamento real que es Superman, se lanza por la ventana de un alto piso… Es un niño (un crío)… es nuestra responsabilidad.  No es lo mismo crianza que educación.  La educación requiere de la capacidad de discernir entre lo aparente y lo real, deducir las consecuencias y, luego, elegir…  En la crianza, el adulto (padres, profesores, médicos) deben elegir lo mejor, lo que es bueno para el crío y evitar lo que realmente es nocivo para él.

La imaginación creadora, madura, en cambio, se nutre de la realidad y trata de mejorarla o transformarla, pero considerando la naturaleza de ésta, su propia realidad, los condicionantes y las consecuencias de su acción.   Tal es tu real capacidad –sus debilidades y fortalezas-  tales son las oportunidades y amenazas a que se deberá enfrentar,, tales son las condiciones del momento y tales las consecuencias…  Podrías tener capacidad para pescar, bote, pero a lo mejor se anuncia un temporal o sería una desconsideración hacerlo cuando están en peligro de extinción o temporada de crías.  Desconocer la realidad y construir la existencia a espaldas de ella es suicida y «homicida»: un peligro privado y público; bien porque, inmaduramente, proponen proyectos ilusorios, que acaban en la frustración de todos los que ilusamente se alistan confiados tras ellos; bien, porque inmoralmente se mueven en el engaño para propio beneficio.  Así, por ejemplo, es fácil que los traficantes de droga, en un principio las regalen para crear la adicción, pero ellos, en cambio, no las consumen; pues saben muy bien sus consecuencias.  En cualquier caso, por ignorancia, inmadurez o engaño, se trata de un peligro privado y público.  De ahí la importancia de, antes de tomar decisiones, conocer la verdadera realidad, proyectarla…

Por eso conviene experimentar la realidad cotidiana, informarse, recurrir a los aportes que hacen los distintos saberes y echar mano de la experiencia ajena, a través de la literatura, el cine, las artes plásticas, los medios de comunicación, la familia, los educadores.

b) Debemos ser idealistas pero no utópicos o ilusorios: Un ideal es una idea de perfección sobre nuestro ser, nuestra existencia y el mundo… Su origen es la misma realidad, en cuanto desentrañada por una inteligencia que ha respetado su ser  esencial y, por lo mismo, vislumbra caminos para su cultivo, esto es, distingue entre nutrientes y nocivos.  Ninguna mente sana puede poner como ideal la violencia, la inequidad, la desconsideración, la drogadicción, el abandono; pues evidentemente son nocivos.

“Sería idealismo positivo considerar que la historia humana se construye también con ideas e ideales, y que es puro conformismo, dejación de humanidad, resignarse a pensar que no hay más cera que la que arde, aferrarse con uñas y dientes a la vulgaridad y la ramplonería, tachando de ilusos a cuantos intentan abrir nuevos horizontes. (…). Una cosa es soñar utopías cuyo fracaso conduce a la frustración de los ideales por los que nacieron, otra bien distinta ampliar el ámbito de la realidad posible, para encontrar siempre ante cualquier problema una salida. Los enigmas excitan la imaginación y la razón creadoras; las aporías, los callejones sin salida bloquean las capacidades humanas y acaban matando el impulso vital.”, dice Adela Cortina, catedrática de Ética y Filosofía Política, en la Universidad de Valencia.   (Cf. http://www.zubiri.info/cortina.htm )

Quienes de espalda a la realidad elevan una idea preconcebida como ideal, caen en un utopismo relativista, direccionado por intereses particulares, por ansias de poder o dominio sobre la realidad para su consumo o apropiación. Quienes dan la espalda a la realidad intentarán por todos los medios promover una masa de hombres no pensantes, no críticos, no creativos, sin ideales, sin convicciones morales: seres manipulados pero no educados.

c) Para educar en responsabilidad, debemos educar desde la realidad de un ser humano “situado”, que nos permita cumplir con aquellos tres momentos éticos de que habla Ignacio Ellacuría: hacerse cargo de la realidad, cargar con ella y encargarse de ella para que sea como debe ser.

Si queremos educar, debemos conocer la realidad que viven nuestros educandos; cómo la experimentan, qué sentido y valor le dan en el marco y horizonte históricos de sus vidas. Ser científicos es ser investigadores, indagadores de la realidad misma: es en la realidad donde encontraremos la explicación de lo que le acontece. Esto, que pareciera obvio, a veces parece olvidarse; pues son muchos los que hacen discursos sobre cómo educar sin mirar al educando real; sin interesarse por sus anhelos y temores, sus penas, alegrías y esperanzas o desesperanzas. La hipótesis, la variable determinada, la muestra, la fórmula estadística…; eficaces en el ámbito del mundo predeterminado y lógico - matemático; dejan de lado, desde el punto de partida, lo más esencial del ser humano: su toma de conciencia, su libertad, su vocación de dignidad, su alma, su mismidad… Por ello, se acumulan estadísticas y cientos o miles de investigaciones sociológicas sobre la pobreza y el hombre sigue indigente; lo mismo acontece con la educación…y con otras áreas humanas. Tratemos, entonces, de entender la realidad del educando, la nuestra y el mundo real en que nos encontramos situados.  No se trata de conceptos abstractos, ni de fórmulas preconcebidas; sino de experiencias únicas que ocurren en la historia de vida de personas también unas e íntimas.

c.1) «Hacerse cargo de la realidad» implica entender la situación real que tenemos ante nuestra mirada. Por ejemplo, entender la situación de agresión y falta de respeto ante la cual podríamos encontrarnos en una sala de clases: Entender sus causas, motivos que la impulsan, formas de expresión, situación familiar de los educandos… Estudiar la realidad de cara a ella, no es lo mismo que estudiarla en la abstracción de un discurso lineal sobre la violencia que puede aparecer en un libro.  No digo que el libro no sirva sino que es complemento… pero no sustituto de la realidad.  El libro puede aclararnos algunos conceptos, entregarnos algún lenguaje apropiado, algunas estrategias, precisamente, de acercamiento a la realidad que nos preocupa y la cual debemos indagar.  Recuerdo un profesor de cuarto básico que acudió a la Universidad para pedir una intervención en el curso del cual era profesor jefe… Se trataba de niños entre 9 y 11 años a quienes catalogó de tal indisciplina, que le eran “Incontrolables”.  Recuerdo haber partido con una dinámica que dio por resultado que ante un incendio, varios de ellos preferían esconderse en un armario o taparse con sábanas y dejarse morir… No había caso, no querían vivir ¿La razón? Producto de otra dinámica: la carta a un amigo desconocido y leal que guardaría el secreto: varios contaban que sólo molestaban en su hogar, que tenían miedo a la violencia del padre alcoholizado, la madre ya sin paciencia… Otros… acusaban ser abusados sexualmente y no ser creídos o encontrados culpables y no contar con el apoyo de la madre.  Uno de ellos, prometía salir de su flojera y tener la casa limpia, los platos lavados y ninguno roto, para cuando llegara su madre del trabajo, quien lo amenazaba con abandonarlo si no hacía bien las cosas… Y el profesor, que los veía a diario y ya por cuatro años, no tenía idea…

Para hacernos cargo de la realidad de cualquier realidad y llevarla hasta un salón de clases para tratarla con los alumnos y/o apoderados, sin herirlos, sin exponer sus vidas privadas, el cine nos entrega un aporte pedagógico incalculable; pues a través de su ficción podemos llevar, en un lapso de dos horas, la violencia tal cual se da en situaciones reales de vida: así, podemos presenciar la historia de una agresión física y psicológica desde sus inicios y hasta su culminación; aprehendiendo a través de ella lo que ocasiona el grito, la humillación, la tolerancia de lo intolerable y, al final, la liberación y la búsqueda de la identidad perdida. El cine, nos recrea una realidad sin desintegrarla; pues al igual que la vida real, hace uso de un lenguaje no lineal. Nos permite conocer todos los factores que inciden; la historia misma de cómo se fueron dando; los personajes involucrados y sus formas de actuar e influir en ella.

Una pedagogía experiencial necesita instalarnos en la realidad misma para que, por empatía, accedamos a ella experiencialmente; a través no sólo de una observación directa, sino íntimamente, esto es, haciéndola formar parte de nuestras propias experiencias de vida –acogiéndola- para luego entenderla comprensivamente.  A ello aludimos cuando decimos “me pongo en el lugar de”, “siento en carne propia lo que te ha pasado”.  Se trata, entonces, de imaginarse intelectiva, moral y afectivamente lo que otros han vivido; es lo que también se logra con las historias fílmicas que mágicamente, con el uso de los recursos del lenguaje cinematográfico, nos introducen en un mundo que, aunque sabemos ficticio, nos hace sentir lo que viven los personajes: nos enojamos con ellos, reímos, lloramos, criticamos, damos consejos… El espectador de cine, en la medida que conoce todos los elementos que conforman una situación: quienes son los buenos, los que mienten, los engañados, las intenciones de los personajes, sus fortalezas y debilidades, etc., entiende la realidad, por ello, puede “hacerse cargo” de ella y, seguidamente, “hacer los cargos que corresponda”, esto es, “cargar con la realidad”.

c.2) “Cargar con la realidad” implica determinar y analizar los distintos grados de responsabilidades que se articulan en una situación; distinguiendo entre causas, influencias y condiciones. La causa es la determinante. Si no tienes el don o virtud del canto, por ejemplo, jamás podrás cantar bien, aunque tengas la oportunidad de acceder a los mejores maestros de canto. Pero si cantas bien, la causa es tu don y tu esfuerzo por realizarlo; el maestro ha sido una buena y a lo mejor gran influencia o apoyo positivo, que ha facilitado la acción de la causa que es siempre íntima, pero no es determinante de tu realización; pues somos libres. Ahora bien, podrás saber cantar; pero si estás afónico o estás en un recinto donde se debe guardar silencio; hay que esperar o hacer algo para que cambien las condiciones.  En otras palabras, la causa es determinante; las influencias y condiciones, no.  Existiendo la causa –el talento- el ser humano puede superar toda influencia y condicionamientos, como  también puede no aprovechar las influencias y condicionamientos positivos: Tiene talento, lo medios óptimos para aprender, el tiempo y lugar apropiado, pero la falta de voluntad o inseguridad, inhibe la actuación de la causa, esto es, la actualización de su talento.  Superados los vicios o debilidades, podrá realizarse si lo hace “a tiempo”; pues algunos talentos son condicionados por el paso del tiempo, a tal punto, que se vuelven un “imposible de realizar”; ejemplo, el tenis a gran nivel, la danza.  Las causas son siempre íntimas o internas (La causa de que el vidrio se quiebre con una piedra es su fragilidad; si no fuera frágil, no se rompería ni con un balazo.  Influencias para que la fragilidad actúe son muchas: agua hirviendo, un terremoto, un alunizaje…  Cargar la realidad, entonces, implica tener claridad sobre cuáles son las causas de un actuar y qué lo motiva o influye, condiciona.

c.3) “Encargarnos de la realidad” implica estar en condiciones de poder asumir la propia responsabilidad frente a quienes nos hemos comprometido. Somos educadores; algo debemos hacer frente al dolor, abandono,  violencia que sufren nuestros educandos; no podemos asumir una actitud de irresponsabilidad o de inoperancia. Ser responsables implica responder de las consecuencias de lo que hacemos y de lo que no hacemos. Por supuesto que para ello, tal como hemos visto, es necesario hacerse cargo de la realidad, luego cargar con ella y, ahora, encargarnos (responsabilizarnos) de ella; preguntarnos, entonces, qué debemos hacer ante tal situación.

Cuando damos espacio y derecho a cualquier acción injusta, sin hacer nada, no sólo aumentamos el daño a quien ha sido injustamente agredido, sino que dificultamos la convivencia en paz de un curso y damos lugar al mal ejemplo.  Recuerdo una noticia: Se informaba que tres estudiantes de enseñanza media habían abusado de una compañera delante de otros estudiantes que hicieron caso omiso de los gritos de auxilio e intentos de huida de la estudiante. Arrastrada por el suelo; fue reiteradamente abusada sobre un escritorio; en la misma sala de clases. ¿Los profesores? Pareciera que no existían. Resultado de esto y de la denuncia efectuada por la alumna y su madre, la víctima debió ser retirada del Liceo pues por razones obvias, no podía ni psicológica, ni moral o socialmente, seguir compartiendo con quienes la habían abusado y con quienes lo habían permitido. Sus victimarios, en cambio, siguieron en “su Liceo”, como si nada hubiese ocurrido…  En ética, a este actuar se llama “actuar mal con agravante de escándalo”, pues con el ejemplo se avala el mal actuar y no se corrige, con lo cual los observadores también son moralmente dañados.

Debemos asumir nuestra responsabilidad; atrevernos a mirar, ver y tomar las riendas para guiar a quienes nos corresponda por buenos caminos y, si no existen, construirlos… Buscar o crear un buen material en el cual los educandos descubran y logren discernir y entender el buen y mal actuar, la diferencia entre virtudes y vicios, se planteen dilemas éticos… Liderar para instar a otros a colaborar en la misma ruta, elaborar planes de acción o programas educativos y, así, formar en valores para erradicar la maleza y sanar las heridas de muchas almas.

Alfonso López Quintás, afirmaba en el libro que escribiera junto a Gustavo Villapalos: “La responsabilidad es siempre proporcional a la dignidad. La dignidad de quien consagra su vida a orientar a niños y jóvenes es muy alta. Se hace responsable del futuro de estas personas y, consiguientemente, de la sociedad”

d) Antes de hacernos cargo de la realidad, debemos hacernos cargo de nosotros.


Entender o entendernos no es fácil. Por ahora, digámoslo en forma simple: Somos lo que hemos ido haciendo de nosotros a lo largo de nuestra trayectoria de vida; en ello debemos incluir lo que podíamos o debíamos haber sido y no fuimos y lo que podríamos o deberíamos ser y aún no realizamos. Generalmente, entender nuestro propio actuar personal, es mucho más complejo que entender el de otros… A veces, la explicación o comprensión de una actitud, decisión o comportamiento está en la interpretación o sentido que hemos dado en el pasado a una experiencia que, para otros, podría no tener mayor incidencia.  Analizarnos moralmente es difícil, influyen sentimientos y un pasado que no es recordado tal cual ocurrió.  Además, el pasado ya fue, no es modificable; la esperanza está en proyectar un futuro que aún no es.  Es algo que todo educador debe tener presente, para alentar al alumno a superarse y no aplastarlo, haciendo hincapié en el error ya pasado.